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miércoles, 9 de noviembre de 2011

Curso de Ética y Axiología, Gerardo Céspedes




ESCUELA DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
MATERIA:   Ética y Axiología
DIRECTOR: Nicolás Tobón Cañas
PROFEROR: Gerardo Céspedes



Curso de Ética y Axiología

Introducción:
El  curso de ética se propone en la condición de un escenario de aprendizaje en el cual se busca establecer una perspectiva epistemológica acerca de la unidad entre cuatro campos diferenciales en principio, pero unidos secuencialmente en torno al análisis y discusión del concepto de Ética, desde la visión Filosófica, la Histórica y teórica; lo mismo, desde diferentes autores. 
Esquema de Desarrollo:


Historia Antigua:
 Comprende autores de Grecia que trataron el tema de ética, respecto de los cuales se inicia y continua con: Sócrates, Platón, Aristóteles, Los Cínicos( Antístenes,  Diógenes de Laercio y Crates).


Edad Media:
Refiere a autores del periodo comprendido entre el siglo V y XV, ubicados en el territorio del Mundo Occidental. Para  nuestro caso se referencia a San Agustin y Baruch Spinoza.

Época de la  Modernidad:
Se extiende desde el inicio del Renacimiento en El siglo XVI hasta el siglo XIX. Respecto del cual se toma por autores a: Georg Wilhelm Friedrich  Hegel, Martin Heidegger, Friedrich Nietzsche, Emmanuel Kant.

Edad Contemporánea:
En la actual época se retoma los conceptos sobre la ética de los siguientes autores:  Fernando Savater, Miguel Giusti, Umberto Eco. 


En términos generales, se procura forma al estudiante en una perspectiva conceptual amplia en torno al concepto de ética, el cual se relaciona con formas de conducirse en la vida y con el semejante, donde entran en juego el concepto del Bien, de la Buena Vida y la Felicidad.

Relatoria La Ética en Sócrates, Platón, Aristóteles y la Filosofía de los Cínicos. Santiago Uribe, Lina Santamaría, Paula Rivera, Jhon Royero


 
ESCUELA DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
MATERIA:   Ética y Axiología
DIRECTOR: Nicolás Tobón Cañas
PROFEROR: Gerardo Céspedes
Relatoría: Santiago Uribe, Lina Santamaría, Paula Rivera, Jhon Royero
Tema:   La Ética en Sócrates, Platón, Aristóteles y la Filosofía de los Cínicos  
Fecha:   Sem.II

La Ética en Sócrates, Platón, Aristóteles y la Filosofía de los Cínicos

 

En la parte final del curso el profesor expone el concepto de la ética desde la perspectiva del periodo de la antigüedad comprendida en la época de los clásicos, concretamente, en Grecia a partir de la filosofía y el concepto de la ética en Sócrates, Platón, Aristóteles y en los filósofos griegos denominados los Cínicos.  

En la actual relatoría se realiza un recuento del recorrido realizado en la presentación de los anteriores filósofos. Se comienza con Sócrates:   

SÓCRATES


Nació en Ática en 470 y murió en Atenas en 399 A.C
Vivió en Atenas donde tuvo numerosos discípulos (Plantón, Aristóteles, Euclides y Aristipo).
Sus enseñanzas se conocieron por Platón y Aristóteles. Sócrates “afirma que podemos conocernos a nosotros mismos”. Su dicho era: “Conócete a ti mismo”.
El objetivo supremo del saber no es de carácter teórico, sino ante todo práctico; su método consistió en la utilización de preguntas que presuponen una actitud crítica frente a las afirmaciones dogmáticas (ironía Socrática) no al dogma y sí a la crítica. El método consiste en interrogar a la vez que se enseñar, que hace descubrir a su interlocutor lo que cree ignorar.
La ética de Sócrates es racionalista. A juicio de Sócrates las malas acciones se deben únicamente a la ignorancia y no hay nadie que sea malo por su propia voluntad.

Postura Ética


Ser ético según Sócrates consiste en dejarse y guiarse por la razón, en torno a lo que esté bien y renunciando a lo que está mal.
Ser ético significa encontrar la felicidad sólo si se actúa en conformidad con las propias convicciones; de allí que ser feliz consiste en ser ético, es entonces saber lo que está bien y en conformidad con ese saber hacer el bien. Pues no hacer el bien significa ser infeliz o no ser ético.

PLATÓN

Al igual que ocurre con los otros aspectos de su filosofía, la ética no es objeto de un tratado específico en el que se aborde el tema sistemáticamente. El hecho de que muchos de los diálogos platónicos comiencen con alguna interrogación acerca de la virtud en general, o de determinadas virtudes en particular, muestra claramente, sin embargo, que el interés por el análisis del comportamiento humano no es algo accidental en Platón. Como hemos visto en su concepción de la ciudad ideal, el objetivo de la vida del hombre no puede reducirse a la satisfacción de sus necesidades materiales; más allá de éstas, el hombre debe ser objeto de un desarrollo completo de su personalidad, de acuerdo con las partes más elevadas de su alma, la irascible y la racional, con el fin de alcanzar una felicidad identificada con la armonía de su vida.
Si la justicia en la ciudad reside en que cada clase social haga lo que debe hacer, la justicia en el hombre residirá también en que cada parte del alma haga lo que debe. Ello implica que la vida buena para el hombre es una vida en la que se atiendan las necesidades "materiales" y "espirituales". El conocimiento y la satisfacción de las necesidades intelectuales deben ir acompañados de salud, moderación en el disfrute de los bienes materiales, etc., lo que pone de manifiesto hasta qué punto la idea de que Platón rechaza de un modo absoluto lo corporal es injustificada.
El verdadero bien del hombre, la felicidad, habrá de alcanzarse mediante la práctica de la virtud. Pero ¿qué es la virtud? Platón acepta fundamentalmente la identificación socrática entre virtud y conocimiento. La falta de virtud no supone una perversión de la naturaleza humana; por su propia naturaleza el hombre busca el bien para sí, pero si desconoce el bien puede tomar como bueno, erróneamente, cualquier cosa y, en consecuencia, actuar incorrectamente; la falta de virtud es equivalente, pues, a la ignorancia. Sólo quien conoce la Idea de Bien puede actuar correctamente, tanto en lo público como en lo privado, nos dice Platón en la República, al terminar la exposición y análisis del mito de la caverna. Cuando alguien elige una actuación que es manifiestamente mala lo hace, según Platón, creyendo que el tipo de conducta elegida es buena, ya que nadie opta por el mal a sabiendas y adrede. En este sentido la virtud cardinal sería la prudencia, la capacidad de reconocer lo que es verdaderamente bueno para el hombre y los medios de que dispone para alcanzarlo. La dependencia con respecto al intelectualismo socrático es clara en la reflexión ética de Platón.
En la República nos habla Platón de cuatro virtudes principales: la sabiduría, el coraje o fortaleza de ánimo, la templanza y la justicia. Como hemos visto, establece una correspondencia entre cada una de las virtudes y las distintas partes del alma y las clases sociales de la ciudad ideal. La parte más elevada del alma, la parte racional, posee como virtud propia la sabiduría; pero la justicia, la virtud general que consiste en que cada parte del alma cumpla su propia la función, estableciendo la correspondiente armonía en el hombre, impone los límites o la proporción en que cada una de las virtudes ha de desarrollarse en el hombre. El hecho de que Platón tenga una concepción absoluta del Bien hace que la función de la parte racional del alma siga siendo fundamental en la organización de la vida práctica del hombre, de su vida moral.

Postura Ética


La ética para Platón es que el alma humana está compuesta por tres elementos.
1.    Intelecto
2.    Voluntad
3.    Emoción
Cada uno de los cuales poseen una virtud específica en la persona buena y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la sabiduría, o el conocimiento de los fines de la vida, la de la voluntad es el valor, la capacidad de actuar y la de las emociones es la templanza o el autocontrol.

ARISTÓTELES


Filósofo Griego, discípulo de platón, Maestro de Alejandro Magno. Es fundador de la lógica, incluso Carlos Marx el pensador más grande de la antigüedad, lo denomina “el pensador más grande de la antigüedad”. Su filosofía tuvo influencia en el Islam como en el pensamiento cristiano medieval.
En ética consideraba que era la más elevada de todas las actividades y la actividad contemplativa de la razón.
El ideal moral Aristotélico es: “La ética es considerada como la más elevada de toda las actividades, la actividad contemplativa de la razón. El ideal moral Aristotélico es Dios o el filósofo perfectísimo: EL PENSAMIENTO QUE SE PIENSA  A SI MISMO”. Entonces ser ético en Aristóteles equivale a ocuparse en la actividad de ocuparse en pensarse a sí mismo.   En Aristóteles ser ético es ser como Dios.
“El bien supremo es la felicidad y la felicidad es la sabiduría”   Aristóteles.
Aristóteles se ha significado como uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos y ha sido uno de los pilares del pensamiento occidental. Sus obras, escritas hace más de dos mil trescientos años, siguen ejerciendo una influencia notable sobre innumerables pensadores contemporáneos y continúan siendo objeto de estudio por parte de múltiples especialistas. La filosofía de Aristóteles constituye, junto a la de su maestro Platón, el legado más importante del pensamiento de la Grecia antigua.
Pese a ser discípulo de Platón, Aristóteles se distanció de las posiciones idealistas, para elaborar un pensamiento de carácter naturalista y realista. Frente a la separación radical entre el mundo sensible y el mundo inteligible planteada por las doctrinas platónicas, defendió la posibilidad de aprehender la realidad a partir de la experiencia. Así pues, en contra de las tesis de su maestro, consideró que las ideas o conceptos universales no deben separarse de las cosas, sino que estaban inmersos ellas, como forma específica a la materia. Por estos motivos, otorgó gran importancia a los estudios científicos y a la observación de la naturaleza. Sin embargo, las preocupaciones de Aristóteles no se dirigieron únicamente al estudio especulativo de las cosas y sus causas, sino que también se centraron en cuestiones de lógica formal, moral, política y estética. De acuerdo con las fuentes antiguas, el filósofo griego escribió 170 obras, aunque sólo 30 se han conservado hasta nuestros días. Aristóteles escribió  sobre una enorme variedad de temas, incluyendo lógica, metafísica, filosofía de la ciencia, ética, estética, retórica, física, astronomía y biología. Aristóteles transformó muchas, si no todas, las áreas del conocimiento que tocó. Es reconocido como el padre fundador de la lógica y de la biología, pues si bien existen reflexiones y escritos previos sobre ambas materias, es en el trabajo de Aristóteles donde se encuentran las primeras investigaciones sistemáticas al respecto.
Durante mucho tiempo, el pensamiento aristotélico se vio eclipsado por el prestigio de las doctrinas de Platón. En época de la Roma cristianizada, el naturalismo y el realismo de Aristóteles eran despreciados y se privilegiaban las lecturas neoplatónicas de Plotino y Beocio. Debido al espiritualismo que caracterizó al pensamiento medieval, las doctrinas de Platón gozaron de preeminencia hasta el siglo XII.
Los filósofos árabes y, particularmente, Avicena y Averroes.Contribuyeron a que el pensamiento aristotélico fuese de nuevo objeto de atención en Occidente. El creciente interés por la naturaleza mostrado por el pensamiento cristiano en la Baja Edad Media hizo posible que la obra de Aristóteles fuese estudiada. Roger Bacon y Alberto Magno reivindicaron el pensamiento de este filósofo, y santo Tomás de Aquino lo transformó en la base de la teología cristiana.
Los estudios de la escuela de Florencia, Francis Bacon y Galileo quebrantaron la autoridad aristotélica. Sin embargo, los escritos del filósofo griego continuaron ejerciendo influencia sobre diversas corrientes de pensamiento modernas, como el idealismo, el neoescolasticismo, el conductismo y el dinamismo de Bergson, entre otras.

Postura Ética

La ética de Aristóteles tiene un fin que se resume en la búsqueda de la felicidad. Para algunos, la felicidad consiste en los placeres; para otros, en las riquezas; pero el hombre sabio la busca en el ejercicio de la actividad que le es propia al hombre, es decir, en la vida intelectiva. Ello no excluye el goce moderado de los placeres sensibles y de los demás bienes, con tal de que no impida la contemplación de la verdad. Sobre esta base desarrolla Aristóteles el concepto de virtud. La virtud consiste en el justo medio. Lo que quiere dar a entender es que el actuar del hombre debe estar regido por la prudencia o regla recta. Hay dos modalidades de virtud: las dianoéticas (que se refieren al ejercicio de la inteligencia) y las éticas (que se refieren a la sensibilidad y los afectos). Todas las virtudes son hábitos que se adquieren por medio de la repetición. La virtud por excelencia es la justicia, la cual consiste en el acatamiento de las leyes y en el respeto a los demás ciudadanos.

 

La Ética en la perspectiva filosófica de los filósofos llamados los Cínicos


Dicen: “que se refiere no sólo a hablar de ética sino vivir éticamente”.
Surge en el año 500 A.C y tiene entre su mayor exponente a Antístenes. La palabra cinico se debe a Diógenes de Sinope, éste formaliza el término porque él quería vivir similar a un perro; es entonces sin “Aidos”. (carente de alma en el sentido usual de la época y referido a permanecer vinculado a llevar una vida sin interés).

Postura Ética

En donde la postura ética se refiere a una forma de vida en que se le permite a los demás ocuparse de sí mismo. Su lema ético y forma característica de la filosofía de los Cínicos es: “Es una forma de vivir la ética pero en el acto; en el acto sencillo y ocupado en el bienestar propio y de los demás”.

DIÓGENES DE SINOPE

La misión de Diógenes fue la de metafóricamente falsificar la “moneda” de las costumbres. La costumbre, decía, era la falsa moneda de la moralidad. En vez de cuestionarse qué estaba mal realmente, la gente se preocupaba únicamente por lo que convencionalmente estaba mal. Esta distinción entre la naturaleza, physis, y lo convencional, nomos, es el tema principal de la filosofía griega y uno de los temas que dedica Platón en La República.
Algunas anécdotas sobre Diógenes hablan acerca de su comportamiento como el de un perro y sus alabanzas a las virtudes de los perros. Esto tiene su razón de ser en la palabra cínico. El nombre de cínicos tiene dos orígenes diferentes asociados a sus fundadores. El primero viene del lugar donde Antístenes, su maestro, fundó la escuela y solía enseñar la filosofía, que era el santuario y gimnasio de Cinosargo, cuyo nombre significaría kyon argos, es decir perro ágil o perro blanco. El segundo origen tiene que ver con el comportamiento de Antístenes y de Diógenes, que se asemejaba al de los perros, por lo cual la gente les apodaba con el nombre kynikos, que es la forma adjetiva de kyon, perro. Por tanto kynikos o cínicos sería similares al perro o aperrados. Esta comparación viene por el modo de vida que habían elegido estos personajes, por su idea radical de libertad y sus continuos ataques a las tradiciones y los modos de vida sociales.
Quienes comenzaron a apodar a Diógenes como "el perro" tenían la clara intención de insultarle con un epíteto tradicionalmente despectivo. Pero el paradójico Diógenes halló muy apropiado el calificativo y se enorgulleció de él. Había hecho de la desvergüenza uno de sus distintivos y el emblema del perro le debió de parecer adecuado para defender su conducta. Los motivos por los que se relaciona lo cínico con lo canino son: las cualidades de buen guardián para preservar los principios de su filosofía y, finalmente, la facultad de saber distinguir perfectamente los amigos de los enemigos. Sabemos menos de la doctrina de Diógenes que de su vida. Como otros de los cínicos, se preocupó menos de formar escuela que de llevar una vida recta, de acuerdo con los principios de autonomía y desprecio de los usos de la sociedad.
El rechazo cínico de las formas de civilización establecidas se extendía al ideal de paideia que llevaba a los jóvenes griegos a practicar la gimnasia, la música y la astronomía, entre otras disciplinas, para alcanzar areté; Diógenes sostenía que, si se pusiera el mismo empeño en practicar las virtudes morales, el resultado sería mejor. Despreciaba también la mayoría de los placeres mundanos, afirmando que los hombres obedecen a sus deseos como los esclavos a sus amos. Se sabe también que sostenía que la muerte no era un mal, pues no tenemos conciencia de ella. Se le considera inventor de la idea del cosmopolitismo, porque afirmaba que era ciudadano del mundo y no de una ciudad en particular.

DIÓGENES DE LAERCIO


“La verdadera riqueza no está en aparentar sino en verdaderamente ser”.
Diógenes Laercio fue un importante historiador griego de la filosofía, de quien se supone que floreció en el siglo III, durante el reinado de Alejandro Severo. Se ignoran todos los detalles de su vida; del epíteto Laercio se estima que se le dio por provenir del pueblo de Laerte, Cilicia, pero puede deberse también a la familia romana de los Laercios. Es famoso por los diez tomos de su Vidas de los filósofos más ilustres, que se conserva prácticamente completo.
 Las Vidas son un documento invalorable acerca de la filosofía de la época clásica, conteniendo biografías, doctrinas sumarias y fragmentos de la filosofía griega desde los presocráticos hasta Sexto Empírico.
La meticulosidad de Diógenes Laercio lo llevó a incluir aún informaciones inciertas, poco contrastadas o simples historias, que sin embargo resultan reveladores en muchos casos para la datación de versiones e interpretaciones de los antiguos.
La riqueza y variedad de los datos que transmite se ve mermada, sin embargo, por su falta de rigor filosófico. Se desconoce su propia filiación intelectual; ocasionalmente se lo ha considerado un cristiano, aunque es más probable que perteneciese a la escuela epicúrea.
Las Vidas se dividen en dos partes, tratando una de la escuela que Diógenes llama jónica y otra de la italiana. La primera se inicia con Anaximandro y comprende las varias escuelas socráticas, llegando hasta Clitómaco, Teofrasto y Crisipo; la segunda va desde Pitágoras hasta Epicuro, e incluye a los eleatas y los escépticos.
 El último tratado se dedica íntegramente a Epicuro, del cual transcribe tres cartas, una dirigida a Herodoto, otra a Pitocles y una tercera a Meneceo. 

La ética y la Postura filosófica de los Cínicos (Antístenes, Diógenes de Laercio y Crates), Gerardo Cespedes

                                                            
ESCUELA DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
MATERIA:   Ética y Axiología
DIRECTOR: Nicolás Tobón Cañas
PROFEROR: Gerardo Céspedes
FECHA:  Sem.II

TEMA:    La ética y la Postura filosófica de los Cínicos (Antístenes, Diógenes de
              Laercio y Crates)
       

La Ética y los Cinicos (Postura filosófica Surgida en Grecia en la época de Sócrates)
En la clase se realiza un énfasis en la definición de la ética según los cínicos, entre los cuales se distinguen a Antístenes, Diógenes de Laercio y Crates, los cuales decían que la ética se vivía es en el actuar y que se trata de demostrar por encima del acto del predicar. Dichos filósofos hablaban de una forma de vida sustentada una postura “ética” sustentada en la demostración a las demás personas por medio de sus comportamientos y actitudes frente a la vida y la sociedad, con la intención de expresar que la ética es una actitud interna y personal y nunca una habladuría o apariencia que se predica a los mil vientos sin sostenerse o vivirse internamente.
“Hubo parte de algunos historiadores antiguos de la filosofía, un empeño claro de situar a Antístenes en la cabecera del cinismo, y en establecer así una sucesión de figuras filosofícas que enlazaran a Sócrates con el estoicismo en una serie clara: Sócrates-Antístenes-Diogenes-Crates-Zenon. Al tiempo que se ofrecía una continuidad de la tradición escolar se postulaba así la consideración del cinismo como una escuela socrática, infundiéndole una dudosa coherencia y un programa intelectual amplio”. (GUAL, Carlos. “Vidas de Filósofos Cínicos”. Clásicos de Grecia y Roma. Alianza Editorial. 2007)
Los cínicos enunciaban o eran denominados la “Secta del Perro” en la medida en que se consideraban o anhelaban carecen de “Aidos” o de “Alma” en la forma en que la mayoría de las personas concebían el concepto. Esto no significaba que no tuvieran sentimientos, sino que eran desprendidos de lo material y no les importaba las riquezas y no eran apegados ni a las personas en el sentido del interés material ni a los objetos, ya que solo vivían y llevaban tranquilamente su vida sin un competitivo ni egoísta en el mundo. Ellos al definir la humildad no se comparan con nadie ni abusivo ni desbordante de su vida ni la de los demás. Los Cínicos, o los seguidores de esta manera de concebir las relaciones humanas o la manera de vivir la vida, llevaban una existencia o formas de vincularse desprendidas no se encontraban confrontados a la situación de la codicia ni padecen de deseo de sostener lo que ya tienen, o es de posesión de los demás; por el contrario, siempre estaban en búsqueda de desprenderse de lo material, para poseer las riquezas humanas y naturales[i], y nunca competían por tener mas que los demás.
El fundador de los cínicos, mas concretamente de la escuela de los cínicos fue Antistenes un filósofo griego nacido en Atenas su condición  de meteco(extranjero) le marcó durante toda su vida. Se estima que gozó de buena posición económica durante su juventud, y estudió retórica bajo la influencia de GorgiasHipias de Élide y Pródico de Ceos.
Desencantado de la filosofía existente, perdió la fe esa forma de la filosofía y se hizo discípulo de Sócrates. Su entusiasmo por la disciplina socrática lo llevó a fundar una escuela en el santuario y gimnasio de Cinosargo; el nombre del lugar es uno de los probables orígenes para la denominación de su tipo de filosofía llamada Cínicos. Sus discípulos se encontraban sobre todo entre las clases populares, debido a la simplicidad que predicaba. Su vestimenta capa y báculo se convirtió en el uniforme de la escuela. Su lema ético y forma característica de la filosofía de los Cínicos: “Es una forma de vivir la ética pero en el acto; en el acto sencillo y ocupado en el bienestar propio y de los demás”.
Los cínicos consideraban que la civilización y su forma de vida requieren reordenamientos y que la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza. El hombre llevaba en sí mismo los elementos para ser feliz y conquistar su autonomía era de hecho el verdadero bien. De ahí el desprecio a las riquezas y a cualquier forma de preocupación material. El hombre con menos necesidades era el más libre y el más feliz.    
Es una filosofía que pretende alcanzar la felicidad mediante la sabiduría, la liberación del espíritu y el logro de la virtud. Los cínicos se desprenden de sus bienes para no sentir apego por ellos. Son ajenos a los placeres para no ser sus esclavos.                                                                                                        El cinismo es una forma de vivir, pensar y expresarse diferente frente a la forma de llevar la vida y las relaciones humanas. En términos generales, es otra forma de concebir la ética, de manera filosófica, sostenida en las siguientes actitudes: 
Ataraxia: expresa  serenidad, tranquilidad de ánimo. Es un estado al que se llega mediante la práctica y que el sabio logra mantener.
Autarquía: se suele traducir como autosuficiencia y es la independencia del individuo de todo condicionamiento material del exterior.
Frase según los cínicos:
Nosotros somos los actores o hacedores de nuestra vida ya que de las pequeñas y grandes elecciones depende nuestra existencia; tenemos la importante posibilidad de hacer feliz o no nuestra vida, a pesar de los acontecimientos externos.

Realizo,
Gerardo Céspedes
Profesor Curso Ética


                                                                                                                 


[i] La naturaleza enseña tomar para la existencia solo lo necesario para la subsistencia. En ese sentido, “El hombre rico es el que se basta a sí mismo”. 

Ética Aristotélica, Sandra Segura



ESCUELA DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
MATERIA:   Ética y Axiología
DIRECTOR: Nicolás Tobón Cañas
PROFESOR: Gerardo Céspedes
Realizo:          Sandra Segura               

FECHA:          Sem.II



ARISTÓTELES
(En Griego Antiguo ριστοτέλης, Aristóteles) (384 a. C. – 322 a. C.)[] fue un filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios.
·        LA TEORÍA ÉTICA ARISTOTÉLICA
Aristóteles expone sus reflexiones éticas en la "Ética a Nicómaco", fundamentalmente. Sus otras dos obras sobre el tema son la "Ética a Eudemo", que recoge elementos de la reflexión aristotélica de su período de juventud y, por lo tanto, anteriores a la teoría de la sustancia, por lo que contienen algunos vestigios de platonismo; y la "Gran Moral", en la que se resumen las ideas fundamentales de la "Ética a Nicómaco", por lo que lo que coincide con el Aristóteles de la madurez; ninguna de ellas aporta, pues, algo distinto a lo expuesto en la "Ética a Nicómaco" (en la "Ética a Eudemo", por ejemplo, se repiten textualmente cuatro de los libros de la "nicomáquea").
La ética de Platón, al igual que la socrática, identificaba el bien con el conocimiento, caracterizándose por un marcado intelectualismo. Por naturaleza el hombre tiende a buscar el bien, por lo que bastaría conocerlo para obrar correctamente; el problema es que el hombre desconoce el bien, y toma por bueno lo que le parece bueno y no lo que realmente es bueno. De ahí que Platón en la República, en la explicación del mito de la caverna, insista en que la Idea del Bien debe necesariamente conocerla quien quiera proceder sabiamente tanto en su vida privada como en su vida pública, una Idea de Bien que es única y la misma para todos los hombres. Para Aristóteles, sin embargo, en consonancia con su rechazo de la subsistencia de las formas, no es posible afirmar la existencia del "bien en sí", de un único tipo de bien: del mismo modo que el ser se dice de muchas maneras, habrá también muchos tipos de bienes.
"Todo arte y toda investigación científica, lo mismo que toda acción y elección parecen tender a algún bien; y por ello definieron con toda pulcritud el bien los que dijeron ser aquello a que todas las cosas aspiran". ("Ética a Nicómaco", libro 1,1). "Siendo como son en gran número las acciones y las artes y ciencias, muchos serán por consiguiente los fines. Así, el fin de la medicina es la salud; el de la construcción naval, el navío; el de la estrategia, la victoria, y el de la ciencia económica, la riqueza".
La Ética a Nicómaco comienza afirmando que toda acción humana se realiza en vistas a un fin, y el fin de la acción es el bien que se busca. El fin, por lo tanto, se identifica con el bien. Pero muchas de esas acciones emprendidas por el hombre son un "instrumento" para conseguir, a su vez, otro fin, otro bien. Por ejemplo, nos alimentamos adecuadamente para gozar de salud, por lo que la correcta alimentación, que es un fin, es también un instrumento para conseguir otro fin: la salud. ¿Hay algún fin último? Es decir, ¿Hay algún bien que se persiga por sí mismo, y no como instrumento para alcanzar otra bien? Aristóteles nos dice que la felicidad es el bien último al que aspiran todos los hombres por naturaleza. La naturaleza nos impele a buscar la felicidad, una felicidad que Aristóteles identifica con la buena vida, con una vida buena. Pero no todos los hombres tienen la misma concepción de lo que es una vida buena, de la felicidad: para unos la felicidad consiste en el placer, para otros en las riquezas, para otros en los honores, etc. ¿Es posible encontrar algún hilo conductor que permita decidir en qué consiste la felicidad, más allá de los prejuicios de cada cual?
No se trata de buscar una definición de felicidad al modo en que Platón busca la Idea de Bien, toda vez que el intelectualismo platónico ha sido ya rechazado. La ética no es, ni puede ser, una ciencia, que dependa del conocimiento de la definición universal del Bien, sino una reflexión práctica encaminada a la acción, por lo que ha de ser en la actividad humana en donde encontremos los elementos que nos permitan responder a esta pregunta. Cada sustancia tiene una función propia que viene determinada por su naturaleza; actuar en contra de esa función equivale a actuar en contra de la propia naturaleza; una cama ha de servir para dormir, por ejemplo, y un cuchillo para cortar: si no cumplen su función diremos que son una "mala" cama o un "mal" cuchillo. Si la cumplen, diremos que tienen la "virtud" (areté) que le es propia: permitir el descanso o cortar, respectivamente; y por lo tanto diremos que son una "buena" cama y un "buen" cuchillo. La virtud, pues, se identifica con cierta capacidad o excelencia propia de una sustancia, o de una actividad (de una profesión, por ejemplo).
Del mismo modo el hombre ha de tener una función propia: si actúa conforme a esa función será un "buen" hombre; en caso contrario será un "mal" hombre. La felicidad consistirá por lo tanto en actuar en conformidad con la función propia del hombre. Y en la medida en que esa función se realice, podrá el hombre alcanzar la felicidad. Si sus actos le conducen a realizar esa función, serán virtuosos; en el caso contrario serán vicios que le alejarán de su propia naturaleza, de lo que en ella hay de característico o excelente y, con ello, de la felicidad.
Si queremos resolver el problema de la felicidad, el problema de la moralidad, hemos de volvernos hacia la naturaleza del hombre, y no hacia la definición de un hipotético "bien en sí". Ahora bien, el hombre es una sustancia compuesta de alma y cuerpo, por lo que junto a las tendencias apetitivas propias de su naturaleza animal encontraremos tendencias intelectivas propias de su naturaleza racional. Habrá, pues, dos formas propias de comportamiento y, por lo tanto, dos tipos de virtudes: las virtudes éticas (propias de la parte apetitiva y volitiva de la naturaleza humana) y las virtudes dianoéticas (propias de la diánoia, del pensamiento, de las funciones intelectivas del alma).
"Siendo, pues, de dos especies la virtud: intelectual y moral, la intelectual debe sobre todo al magisterio su nacimiento y desarrollo, y por eso ha menester de experiencia y de tiempo, en tanto que la virtud moral (ética) es fruto de la costumbre (éthos), de la cual ha tomado su nombre por una ligera inflexión del vocablo (éthos)". libro 2,1)

·        CONCLUSIÓN
Dos éticas fueron escritas por Aristóteles:
Ética a Eudemo que pone en evidencia algunas influencias platónicas y Ética a Nicómaco que es la versión definitiva de la ética aristotélica puesto que pertenece al tercer período.
La ética de Aristóteles, es, en primer lugar, una ética de la felicidad... pero también es una ética de la virtud ya que ésta es el medio por excelencia para alcanzar la felicidad.
·        LA FELICIDAD
La felicidad, consiste en el ejercicio perfecto de la actividad propia del hombre. Tal actividad no es otra que la actividad del alma que para que sea perfecta debe ser acompañada por todas las virtudes.
Hacia el final de la Ética a Nicómaco, Aristóteles afirmará que la actividad más propia del hombre y la que mayor felicidad le proporciona es la contemplación teórica: es decir, la sabiduría. Así es como el empirismo ético lo lleva a una posición ecléctica: la felicidad consiste en equilibrar virtud, contemplación y bienes exteriores.
·        LA VIRTUD
Aristóteles se aleja del intelectualismo socrático que vincula a la virtud con el conocimiento. Para él, la virtud será la disposición del alma, es decir, la capacidad y la aptitud de esta para comportarse de un modo determinado:
"No basta que la acción tenga un carácter determinado para que la conducta sea justa o buena; es preciso también que el hombre actué de un modo determinado ante todo, que actué a sabiendas; en segundo lugar, que proceda en razón de una decisión consciente y que prefiera esa acción por sí misma; finalmente, que actué desde una posición firme e inquebrantable" Aristóteles, Ética a Nicómaco.
La virtud entonces, se adquiere a través del ejercicio y el hábito, es decir que para que un hombre se haga justo, es menester que practique la justicia. Aristóteles considera que nadie se hace justo por "naturaleza" (aunque una predisposición natural sea importante) ni tampoco resulta suficiente la enseñanza.
Para Aristóteles, la virtud consiste en un término medio, lo cual no significa mediocridad sino un equilibrio entre los vicios de los extremos. El "valor" es un justo medio entre la "temeridad" y el "miedo".
Puede intuirse en esta concepción cierto resto de simetría pitagórica también adoptada por Platón y así mismo del concepto de "medida", dominante en la medicina griega contemporánea de Aristóteles. Al igual que los medios, para Aristóteles, el punto medio no es una abstracción en general sino que se aplica de acuerdo a las circunstancias de cada caso. EL hombre prudente, sabrá elegir el justo medio.

Relatoria Sócrates y su postura Filosófica y Ética. Luís Alfonso Roa


ESCUELA DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
MATERIA:   Ética y Axiología
DIRECTOR: Nicolás Tobón Cañas
PROFEROR: Gerardo Céspedes
Relatoría: Luís Alfonso Roa
Tema: Sócrates y su postura Filosófica y Ética
Fecha: Sem.II


Sócrates y su postura Filosófica y Ética

I)   QUIEN ERA SOCRATES?

Se puede decir sin lugar a dudas que fue el personaje más enigmático de la historia de la filosofía en la antigüedad.  Se caracterizó por buscar el diálogo con las personas antes que observar el mundo material o la naturaleza. Nació y murió en Atenas (470-399 ac). Aunque realmente poco se sabe de él, se le considera como el filósofo que mayor influencia ejerció sobre el pensamiento filosófico del mundo antiguo y quizá, moderno. Platón  lo coloca en sus escritos como su personaje principal, de tal manera que nos da a conocer su forma de pensar y su filosofía tal como muchos años después los evangelistas cristianos lo hicieran con Jesucristo.  Es decir, aunque Sócrates no escribió una sola línea de su pensamiento, Platón se encargó de plasmarlo para la posteridad en sus numerosos diálogos, donde lo muestra como una persona en contacto constante con sus semejantes en las calles, en las plazas públicas, en el diario vivir, pues  como decía: “Los árboles en el campo no me pueden enseñar nada”. Cuando no se encontraba conversando o induciendo a las persona a la polémica, entraba en profundas meditaciones durante horas. Se le considera como el artífice de muchas  de las corrientes filosóficas posteriores. Aunque se dice que su aspecto físico era un tanto desagradable, lo verdaderamente importante fue la manera como enseñó a sus contemporáneos el arte de pensar y razonar, lo cual se tradujo en el surgimiento de excelentes filósofos como Platón, Aristóteles, Aristófanes, Antístenes, Aristipo, Euclides, etc.  Pero debido a esta misma forma de enseñanza se granjeó  temibles  enemigos dentro del establecimiento político, quienes terminaron por ordenarle su  muerte, ante lo cual optó por tomar la cicuta después de despedirse de sus amigos y familiares, dando con ello su última enseñanza de valentía y convicción ante  sus  propias ideas.

II) EL ARTE DE CONVERSAR

Sócrates practicaba lo que más tarde se llamaría “la ironía socrática”, lo cual  no es más  que  obligar a las personas mediante la misma conversación, empleando preguntas y contra preguntas, a desarrollar un tema, a crear opiniones propias, a “parir ideas”, las cuales eran rebatidas o ayudadas por el mismo filósofo de tal manera que cada cual terminaba exponiendo ideas, buenas o  malas, pero finalmente ideas propias.
Sócrates partía de que el verdadero conocimiento tenía que salir del interior de cada uno, no puede ser impuesto por nadie, está dentro de sí mismo. Cuando una persona entra en “juicio “o “razona”, aprende algo de sí misma. La esencia de su pensamiento era  que no se debe enseñar a la gente, uno aprende de los demás, en lugar de impartir enseñanzas, se debe conversar. De la conversación nacen las grandes enseñanzas que nos guían en la vida.
 Era notable su método, ya que empezando con preguntas sencillas, el interlocutor se iba envolviendo en sus mismas respuestas hasta cuando, razonando, llegaba él solo a conclusiones que la mayoría de las veces contradecía su forma de ver el mundo. A esto llamaba Sócrates “el arte de parir”, ya que las personas llegaban por sus propios medios y razonamientos  a ideas propias, solo con la ayuda del filósofo y su arte de preguntar.
 Este interactuar con las personas se hacía especialmente en las plazas públicas, resultando  en el ridículo de muchos, siendo algunos de ellos personas de importancia dentro de la sociedad, convirtiendo a Sócrates en un personaje molesto para los poderosos, por lo cual enfrentó durante su vida varios juicios legales donde se le acusaba de incitación a la rebeldía, daño a las generaciones jóvenes, adoración de falsos dioses, etc.

III)         UNA VOZ DIVINA

Sócrates decía que al incordiar a sus semejantes lo que hacía era seguir una voz interior o divina que le obligaba  a ello. No lo hacía por maldad, si no por despertarlos y ayudarlos a razonar, de tal manera que  aprendieran de sí mismos.
Sócrates participa públicamente en la vida política, al protestar contra la pena de muerte o estar en desacuerdo con la acusación de enemigos políticos. Se volvió tan molesto para los gobernantes y poderosos, que fue  condenado a muerte,  por “introducir nuevos dioses” y por “llevar a la juventud por caminos equivocados “, a la cual marchó con la frente en alto obedeciendo a su propia conciencia.
Se puede hacer un paralelo entre la vida de Jesús y la de Sócrates, ya que siendo ambos personajes enigmáticos, mostraron con sus actuaciones grandes valores personales, desafiaron a los poderosos de sus respectivas épocas, criticaron la injusticia y el abuso de poder y fueron maestros en el arte de la conversación, lo cual les costó la vida en circunstancias similares. El hecho de que prefirieron la muerte antes de desobedecer sus propias convicciones, les garantizó inmensos seguidores en todos los tiempos.



IV)        UN COMODIN EN ATENAS

A Sócrates se le considera un comodín por cuanto se distinguió en su tiempo por ser diferente, por enseñar un método de adquisición de conocimiento distinto a los existentes y  por no cobrar por el aprendizaje de ese método, tal y como hacían los Sofistas.  Logró que la filosofía fuera  considerada como un asunto de la vida diaria, se preocupó porque todo el mundo, desde el más poderoso gobernante hasta el más humilde sirviente, se plantearan problemas filosóficos, que no eran más que asuntos del diario vivir, que atañían a todos. Fue tal vez el primero que mostró el verdadero significado de la palabra Filósofo: Aquel que busca la sabiduría. Le molestaba saber tan poco de todo, que toda su vida la pasó en busca del conocimiento. Y ese conocimiento solo lo podía encontrar por medio de la razón.
Se volvió incómodo para los gobernantes al predicar que nadie era dueño del conocimiento, que  cualquier hombre, por sabio que se considerase, realmente sabía muy poco. Una de sus más famosas frases y que ha perdurado desde su época, fue: “Solo sé que nada sé”, frase con la cual desafió el pensamiento de  entonces, ya que los llamados Sofistas se consideraban sabios y dueños de todo el conocimiento. Con ello mostró la diferencia entre un verdadero filósofo y un Sofista, ya que el primero debe ingeniar maneras  para que las personas pregunten  más y encuentren sus propias respuestas, mientras que el segundo impone  el conocimiento dando a entender que éste no es de fácil acceso para el hombre común y corriente.
Sócrates pensaba que la razón era la base segura para encontrar el conocimiento, mediante ésta  se puede encontrar el verdadero sentido de las cosas.

V) UN CONOCIMIENTO CORRECTO CONDUCE A ACCIONES CORRECTAS

Sócrates planteaba que cuando una persona sabe lo que es bueno, hará el bien. En otras palabras, con conocimientos correctos se hacen acciones correctas. El que hace el bien se convierte en un ser bueno. Actuamos por el desconocimiento de cosas o circunstancias, por lo cual es muy importante el obtener conocimientos. Sócrates pensaba además que la distinción entre lo bueno y lo malo se hace a través de la razón y no por el entorno social, o sea que si uno sabe lo que está bien, puede hacer el bien, convirtiéndose en un hombre bueno.
Diciéndolo de otra manera, Sócrates pensaba que  era imposible ser feliz actuando en contra las propias  convicciones y el que sabe cómo ser feliz intenta serlo, por lo que el que sabe lo que es bueno, hará el bien para ser feliz.
El objetivo supremo del saber no es de carácter  teórico si no práctico. La ética de Sócrates es racionalista: las malas acciones se deben a la ignorancia, no hay nadie que sea malo por su propia voluntad. Ser ético consiste en dejarse guiar por la razón en torno a lo que está bien y lo que está mal. Ser ético significa encontrar la felicidad  actuando en conformidad con las propias convicciones. Siendo ético se es feliz, lo cual no es más que saber lo que está bien y lo que está mal y en conformidad con ese saber hacer el bien ya que no hacerlo significa ser infeliz o no ser ético.